8. Cómo crear una falsa idea

En las numerosas revisiones a favor de la idea cardio-dieta con frecuencia se sostiene que esta concepción está basada en “sólidos datos científicos”, que las pruebas son “abrumadoras” o “extremadamente poderosas” y que “la controversia es injustificada”. Si ha leído las secciones anteriores comprenderá que nada puede estar más lejos de la verdad. Ha sido necesario utilizar esa terminología para exagerar los hallazgos triviales y que aparentemente avalaban esa hipótesis, para ignorar la gran cantidad de pruebas controversiales y contrarias y para citar resultados desfavorables como favorables.

La Sección 1 acerca del colesterol bueno y malo, constituye un ejemplo de cómo se puede crear un “hecho” a partir de citar incorrectamente hallazgos científicos y exagerar hallazgos triviales.

Las observaciones que son totalmente devastadoras para la concepción de la idea cardio-dieta son ignoradas por completo. Un buen ejemplo de ello es que si excluimos a los individuos con hipercolesterolemia familiar (menos del 0,5% de la población mundial) no existe vínculo entre el nivel de colesterol en sangre y el grado de aterosclerosis vascular (ver Sección 2).

Más aún, antes de la era de las estatinas, las revisiones de los ensayos sobre la disminución del colesterol han demostrado que la mortalidad no mejora con la disminución de los niveles de colesterol. Pero quienes proponen la idea cardio-dieta sólo mencionan los estudios con resultados favorables e ignoran aquellos con resultados negativos.

 

Los mitos del colesterol

Por lo tanto, en los 16 estudios publicados entre 1970 y 1992, 40 de las citas hacían referencia a estudios con resultados (aparentemente) a favor o no concluyentes, pero sin excepción, nunca se citaron los estudios con resultados negativos, aun cuando el número de estudios con resultados positivos y negativos fuera el mismo (79).

 

Es interesante comparar el número de citas de los artículos de una misma publicación ya que si un artículo está citado pocas veces simplemente podría estar reflejando que se ha publicado en revistas científicas poco conocidas o de menor relevancia. El estudio de prevención coronaria primario de la Lipid Research Clinic fue publicado en el JAMA en 1984 (110). En ese estudio, murieron por infarto 32 de los pacientes sometidos a disminución de colesterol contra 44 de los pacientes del grupo control. El número total de muertes (por todas las causas) fue de 68 pacientes del grupo de tratamiento contra 71 pacientes del grupo control. Estas cifras no son estadísticamente significativas, sin embargo, los resultados fueron utilizados como el principal argumento a favor de la campaña contra el colesterol en los Estados Unidos.

En 1985 el Dr. Miettinen y sus colegas de Helsinki, Finlandia, publicaron un trabajo similar sobre la disminución del colesterol, aunque más pequeño, en la misma revista científica (111). En ese estudio, fallecieron 4 pacientes del grupo de tratamiento contra uno del grupo control, y el total de muertes ascendió a diez en el grupo de tratamiento contra cinco del grupo control.

Es decir que ambos trabajos trataban el mismo tema y fueron publicados en la misma revista y nadie cuestionó la honestidad de los investigadores ni la calidad de los estudios. Es razonable pensar que se los ha citado en la misma proporción. El hecho de que el estudio LRC, de acuerdo con sus directores, tuviera fundamentos, y el estudio Miettinen no los tuviera carecía de importancia porque el objetivo de la investigación es hallar la verdad, sea de agrado o no. A continuación se presenta el número de veces que cada trabajo fue citado por otros investigadores en los cuatro años posteriores a la publicación:

Miettinen y col.

Estudio LRC

Primer año
Segundo año
Tercer año
Cuarto año

6
5
3
1

109

121

202
180

(Datos extraídos del Science Citation Index)

No es necesario decir que el trabajo de Miettinen ha sido citado principalmente por los científicos más críticos.

Un ejemplo de un estudio que no avala esta teoría y que ha sido citado en muchísimas oportunidades es el estudio de los inmigrantes japoneses. En Japón, la cardiopatía no es frecuente, supuestamente debido a la dieta magra de sus habitantes. Con frecuencia se cita un estudio realizado sobre inmigrantes japoneses en los Estados Unidos (112) ya que luego de inmigrar, el nivel de colesterol sérico de los inmigrantes aumentó y fallecieron a causa de infartos con tanta frecuencia como los estadounidenses. El aumento de la mortalidad por causas coronarias no estuvo asociado a la dieta o al nivel de colesterol en sangre, sino a motivos culturales: los que vivían de acuerdo a las tradiciones japonesas estaban protegidos contra los infartos.

El hallazgo más sorprendente fue que aquellos inmigrantes que conservaban las tradiciones japonesas pero que tenían una dieta típicamente estadounidense corrían menos riesgo de sufrir enfermedades cardíacas que aquellos inmigrantes que seguían el estilo de vida estadounidense pero consumían comida japonesa (113).

Otro ejemplo: un mensaje común de la American Heart Association y del National Heart, Lung, and Blood Institute a los médicos es que existe una relación cercana entre el nivel de disminución de colesterol y el grado de disminución de la mortalidad. Pero tengan en cuenta los comentarios de The Cholesterol Facts (114): “Los resultados del estudio Framingham indican que la reducción del 1% en el nivel de colesterol se corresponde a una disminución del 2% en el riesgo de enfermedad coronaria”. Esta afirmación fue seguida por una referencia a un trabajo que presentaba los resultados de una experiencia de 30 años en Framingham (115).

En ese trabajo se puede leer la siguiente afirmación:

“Por cada 1 mg/dl de disminución de colesterol se produjo un aumento del 11% (!) en la mortalidad coronaria y total.”

Estos ejemplos constituyen sólo la punta del iceberg. A continuación se presenta una revisión sistemática del modo en que las tres revisiones más exhaustivas e importantes han citado erróneamente la literatura:

Ravnskov U. Quotation bias in reviews of the diet-heart idea. J Clin Epidemiol 1995; 48: 713-9.

Los artículos que se mencionan a continuación son ejemplos más recientes de citas erróneas:

Ravnskov U, Allan C, Atrens D, Enig MG, Groves B, Kaufman J, Kroneld R, Rosch PJ, Rosenman R, Werkö L, Nielsen JV, Wilske J, Worm N. Studies of dietary fat and heart disease. Science 2002; 295:1464-1465.

Ravnskov U. The diet-heart idea is kept alive by selective citation Rapid Response BMJ 8. Dec 2003

I am an independent medical researcher